En el bienestar integral, la hidratación juega un rol protagónico. De hecho, el 80% del cuerpo está constituido por agua, siendo este líquido sustancial funcionando como “aceite en los engranajes que constituye el organismo”.

Por ello que mantener una hidratación constante es tan importante para el correcto funcionamiento de todos los órganos. Y ahora que llegan los días de calor, este es un tema muy, muy importante.

Sin embargo, la cantidad ideal de agua que necesita el cuerpo diariamente para mantenerse en sus óptimas condiciones no está muy clara. Existe el mito de los 8 vasos diarios, pero esto no se ajusta a la realidad, pues la cantidad depende de factores según cada persona, su nivel de actividad y la estación del año.

La mayoría de las personas se hidratan bebiendo agua y otros líquidos cuando tienen sed, pero el cuerpo también se hidrata con los alimentos que consumimos.

Una forma de evaluar si necesitamos o no mejorar nuestra hidratación, es a través de la orina. Si la ves muy oscura, necesitas hidratarte mejor. ¿Tomas agua con frecuencia o te cuesta hidratarte bien?

 

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El cuerpo te alerta cuando estás deshidratado

Perder agua mediante funciones básicas como lágrimas, sudor y orina no supone mayor riesgo ya que pueden ser rápidamente reemplazada al beber agua u otras bebidas, e incluso mediante los alimentos.

Pero cuando esta pérdida no se repone, y empiezas a descuidar la hidratación necesaria para tu organismo, tu cuerpo comienza a izar las banderas naranjas de alerta cuando los niveles de agua descienden preocupantemente para su funcionamiento regular.

Los síntomas de alerta más notorios son:

  • Fatiga muscular: los músculos contienen aproximadamente el 75% de agua por lo que al presentar deshidratación los mismos tienden a agotarse más fácilmente.
  • Letargo e irritabilidad
  • Estreñimiento: eliminar desechos resulta una tarea imposible cuando el organismo carece de los niveles normales de agua ocasionando el estreñimiento. Asimismo, el agua ayuda a mantener el ritmo del metabolismo y la eliminación de toxinas.
  • Sequedad en la boca: la saliva es 99% agua, así que cuando el cuerpo se encuentra en modo «supervivencia», es fácil que se torne rápidamente reseca, pegajosa y con una sed abrumadora.
  • Disminución de la presión arterial, dolores de cabeza y mareos: La sangre se compone de 83% de agua por lo que a menos presencia de agua la circulación de la sangre disminuye, provocando molestias y dolores a lo largo del cuerpo.
  • Disminución o ausencia de orina: A falta de agua dentro del organismo no hay líquido alguno que pueda expulsar. Si la ausencia se prolonga hasta 12 horas definitivamente algo malo ocurre.

Alertas rojas de severa deshidratación

El cuerpo es un organismo inteligente. Si las señales anteriores no son atendidas, envía alertas rojas cuando la deshidratación es severa, no sólo por falta de hidratación (factores que puedes controlar) sino también por el clima severo y extremadamente caluroso. En este caso, la alerta roja es estar próximo a un golpe de calor.

  • Fiebre mayor de 39ºC, a veces resistente a tratamiento y mantenida
  • Malestar general
  • Dolor cabeza intenso
  • Sensación de agotamiento
  • Piel seca, muy caliente y enrojecida
  • Sensación de náuseas o vómitos
  • Inestabilidad al andar e incluso, si es muy intenso el cuadro, convulsiones o coma.

Si se diera la situación de que tu cuerpo superase los 40 grados y el organismo fuera incapaz de eliminar este exceso de calor, tu sistema nervioso comenzaría a alterarse. Y si te deshidratas, no podrías sudar lo suficiente como para enfriar el cuerpo.

Por eso es importante mantenerse más hidratado en verano, y en caso de sufrirlo deberás:

  • Colocarte en un lugar con sombra
  • Quitarte la ropa para airearte
  • Ponerte paños de agua fría en axilas, frente y pecho.
  • Rehidrátate con agua o con bebidas isotónicas, elevando levemente la cabeza.

 

 

Trucos para beber más agua

No todos son asiduos a beber agua, pero es necesario hacerlo para evitar que consecuencias físicas se manifiesten como un trago amargo en tu vida. Es esencial tomar en cuenta unos cuantos trucos para que la hidratación deje de ser una tarea (e incluso un castigo) y se convierta en un elemento placentero de tu rutina.

  1. Ten siempre agua a la mano. Mantén una botella de agua en tu trabajo, tu bolso e incluso en casa, así vences la pereza de desistir cada vez que piensas en levantarte hacia el refri.
  2. Coloca alarmas. Si se te olvida beber agua, coloca recordatorios en cada lado que sea posible, de esa manera creas un hábito.
  3. Bebe un vaso cada mañana. Al levantarte el agua ayudará a evitar esos dolores de cabeza y mareos mañaneros.
  4. Infusiones o zumos. Si te cuesta beber agua entonces empieza por las infusiones de té verde, manzanilla, hierbaluisa, etc., o zumos de frutas y verduras. Pero sin azúcar.
  5. Junto a la mesa de noche, un vaso de agua. De ese modo cada vez que te levantes o dirijas la atención hacia allí sentirás la necesidad de dar un sorbo.
  6. 30 minutos. Antes de cada comida bebe un vaso entero de agua, de ese modo tendrás al menos 5 vasos de agua al día.
  7. Coloca metas. Ayuda a motivarte y trazar un objetivo haciéndolo más interesante, por ejemplo, beber 2 vasos de agua entre cada receso.
Diego De Castro

Diego De Castro

Dietista Nutricionista y Coach de Nutrición

Soy experto en alimentación saludable y me dedico a ayudar a personas motivadas a generar nuevos hábitos que les permitan mejorar su calidad de vida y su salud.

Mis 10 años de experiencia en consulta y mi formación en coaching nutricional me han ayudado a implementar técnicas cada vez más eficaces.

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