El hígado es un órgano con una función vital, con frecuencia olvidada. En términos de salud nutricional, muchos se preocupan por el estómago y el intestino, cuyos síntomas son más palpables ¿pero qué sucede con el hígado?

Es un órgano que se encarga de limpiar la sangre de sustancias tóxicas, producir hormonas y/o sustancias para facilitar la digestión, además de regular infinidad de procesos metabólicos. Pero el hígado también pasa por malos momentos y en ocasiones será difícil que lo notes.

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¿Cómo saber que la salud de tu hígado no va del todo bien? Estos son 6 síntomas que te pueden ayudar a descifrarlo:

  1. Dolor en el abdomen: específicamente en la parte superior del abdomen y esto acompañado de hinchazón.
  2. Ictericia: cuando el hígado no funciona de la manera correcta, le resulta difícil desechar una sustancia llamada bilirrubina (proveniente de los glóbulos rojos que serán eliminados), esta se mantiene en la sangre y se manifiesta con una coloración amarilla en los ojos y piel.
  3. Molestias en las articulaciones: es un síntoma que se presenta mayormente con la hepatitis autoinmune, en el que las células y tejidos son afectados erróneamente por el propio sistema inmunoló
  4. Manchas en la piel: el trabajo de desintoxicación del hígado también se ve reflejado en el órgano más grande de tu cuerpo, a través de coágulos en la superficie de la piel, especialmente en el pecho y la espalda.
  5. Confusión: cuando la salud del hígado ha empeorado, se acumula una alta cantidad de toxinas en la sangre y en el cerebro, lo que produce sensación de confusión en las personas.
  6. Pérdida de masa muscular: otra de las señales claves de problemas en el hígado es la debilidad, pérdida de peso y masa muscular.

Estar atentos a todos estos síntomas es muy importante, porque se tienden a confundir fácilmente con otros malestares, mientras el hígado continúa siendo afectado silenciosamente.

¿Realmente necesitas desintoxicar tu hígado?

El hígado es uno de los filtros del cuerpo, encargado de la limpieza del organismo. Y es muy frecuente encontrar dietas, alimentos y productos detox para apoyar el trabajo de este órgano. ¿Es realmente necesario?

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Esta es una pregunta bastante frecuente ante tantos procedimientos detox de moda, así que considero importante dedicar un espacio de este artículo para aclarar esta duda.

La popularidad de las limpiezas del hígado parte de la hipótesis de que las sustancias químicas frecuentemente se acumulan en el organismo. Sin embargo, esto no sucede así. Cada vez que una toxina accede a tu cuerpo, el hígado la transforma mediante procesos bioquímicos, en una toxina menos dañina que luego será expulsada en las heces. Por lo tanto, se trata de una dinámica que tu hígado realiza por sí mismo.

Hasta el momento no se conocen estudios científicos que demuestren que las desintoxicaciones de este tipo realmente funcionen, al contrario, el consumo constante de tales productos podría empeorar la salud del órgano. En este artículo de mi blog te explico 7 peligros de hacer una mala detox.

Más allá de probar dietas curativas con productos que no te aportarán un verdadero beneficio, lo mejor que puedes hacer por tu hígado es enfocarte en desarrollar hábitos saludables con una alimentación equilibrada y actividad física.

Alimentos clave para cuidar tu hígado

Ahora que has identificado las señales y estás al tanto del estado en el que se encuentra tu hígado, es momento de que evalúes qué comes actualmente y qué alimentos te convendría más consumir. No solo en tu etapa de recuperación, sino también de manera regular en tu vida.

Algunos de los más esenciales para el cuidado del hígado son:

Aguacate

Según un estudio realizado en personas con enfermedad del hígado graso no alcohólico, el consumo moderado de aguacate previene el daño hepático.

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Café

Varios análisis indican que el café -sin azúcares, cremas o grasas-, disminuye el riesgo de tener cirrosis, cáncer y fibrosis en el hígado. También ayuda a ralentizar el avance de enfermedades hepáticas ya existentes.

Pescado azul

 El pescado azul merece ser incluido en tu dieta si deseas mejorar la salud hepática. Es tradicionalmente conocido como una de las mejores alternativas para las carnes grasas.

El pescado azul reduce la inflamación y acumulación de grasa en el hígado. Además, de ofrecerte ácidos grasos omega-3 que son excelentes para el cerebro y corazón, también ayudan a equilibrar los lípidos en la sangre con su consumo frecuente (2-3 veces por semana). Puedes consultar estas investigaciones.

Aceite de oliva virgen extra (AOVE)

Al incluirlo por tiempo prolongado (y en cantidades moderadas) en tus comidas, el aceite de oliva es capaz de controlar las enzimas que producen la enfermedad hepática y disminuir los niveles de colesterol LDL (malo) en la sangre. Ver estudios relacionados.

Nueces

Entre los frutos secos, las nueces destacan por ser las más beneficiosas al momento de tratar la enfermedad del hígado graso gracias a su alto contenido en antioxidantes polifenólicos, ácidos grasos omega-6 y omega-3. Ver estudios.

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Carbohidratos complejos

También son necesarios para crear un equilibrio junto a las proteínas y grasas saludables. Opta por los carbohidratos no refinados como el arroz salvaje o integral, trigo sarraceno, centeno, maíz, avena y pasta integral o de trigo sarraceno, entre muchos otros.

Todos ellos contienen nutrientes importantes para mantener a tu hígado saludable como zinc, vitamina B y fibra.

10 plantas beneficiosas para la salud hepática

Además de los alimentos que te recomendé anteriormente, también puedes integrar algunas de estas plantas para mejorar la salud de tu hígado.

Según este estudio, cerca del 65% de las personas con enfermedades hepáticas en Estados Unidos y Europa toman suplementos de hierbas. Es recomendable que consultes con tu médico o nutricionista antes de comenzar a consumirlas.

Cardo mariano

Investigaciones han indicado que sus efectos antioxidantes ayudan a restaurar las células del hígado y reducir la inflamación. Otros estudios han demostrado que prolonga la vida de las personas con cirrosis alcohólica y beneficia a quienes tienen la enfermedad hepática.

Té verde

Según este análisis, su ingesta evita afecciones como el cáncer de hígado, hepatitis, cirrosis, hígado graso y enfermedad hepática crónica.

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Regaliz

Su principal componente activo es saponina glicirrina, la cuál es utilizada en la medicina china y japonesa para tratar diversos padecimientos, incluyendo los hepáticos.

Cúrcuma

Gracias a sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y anticancerígenas, es eficaz para tratar la enfermedad del hígado graso no alcohólico (HGNA).

Ajo

Según este estudio, su consumo de dos o más veces por semanas reduce a un 23% el riesgo de padecer cáncer de hígado.

Jengibre

 Esta raíz está compuesta por gingeroles y shogaoles que reducen la inflamación y protegen contra el daño celular debido a toxinas como el alcohol, protegiendo la salud del hígado. Ver estudio.

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Ginseng

Protege contra el daño hepático, contribuye a la recuperación después de la operación de hígado, mejora la función hepática, reduce la fatiga y la inflamación. Conoce más aquí.

Asimismo, cuentas con otras hierbas que también pueden ser útiles para mantener la salud de tu hígado como el Danshen, Gingko Biloba y el Astrágalo.

Consejos adicionales para proteger a tu hígado

La mejor forma de cuidar la salud de este órgano (y de todo tu cuerpo en general) es a través de las acciones del día a día, replanteando todos los hábitos que a corto y largo plazo tienen consecuencias negativas.

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Algunos consejos:

  1. Regular el consumo de alcohol: toda bebida alcohólica pasa por el hígado y en exceso acaba con sus células, desencadenando en la enfermedad del hígado graso alcohólico, hepatitis alcohólica aguda o cirrosis alcohólica. En este artículo puedes leer todas las consecuencias que produce el alcohol en tu hígado.
  2. Cuidar el uso de medicamentos: estos recorren inevitablemente el hígado, por lo que debes tomar únicamente las dosis indicadas por tu médico para no causar daños.
  3. Evitar los suplementos: un consumo prolongado de suplementos (aunque sean de origen natural), puede tener consecuencias en la salud del hígado. Por eso es importante no excederse con las dosis de vitaminas, minerales y remedios naturales.
  4. Prevenir la hepatitis: tomando en cuenta a los diferentes tipos de hepatitis (A, B y C), es indispensable:
  • Desinfectar tus manos frecuentemente.
  • Evitar consumir verduras y frutas sin lavar.
  • No compartir tus objetos personales, ni agujas para aplicar medicamentos por vía intravenosa.
  • Tener relaciones sexuales utilizando anticonceptivos de barrera.
  • Aunque no existe la vacuna para la hepatitis C, sí puedes vacunarte contra la hepatitis A y B.
  1. Cuidar el contacto con toxinas del ambiente: no solo las que ingresan por vía oral, sino también a través de tu nariz y piel. Procura utilizar métodos de limpieza más orgánicos y disminuye el uso de productos químicos, pesticidas, herbicidas y aerosoles en el hogar.

 

Diego De Castro

Diego De Castro

Dietista Nutricionista y Coach de Nutrición

Soy experto en alimentación saludable y me dedico a ayudar a personas motivadas a generar nuevos hábitos que les permitan mejorar su calidad de vida y su salud.

Mis 10 años de experiencia en consulta y mi formación en coaching nutricional me han ayudado a implementar técnicas cada vez más eficaces.

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