La gastroenteritis o gripe estomacal produce su propia combinación de síntomas que suelen ser muy intensos. Cuando golpea, rápidamente puede hacer que la persona se sienta debilitada y con manifestaciones muy intensas, con repetidos vómitos y a veces diarreas, dolores y molestias.

Se trata de una infección en los intestinos que inicia con escalofríos, fiebre leve y náuseas que luego pasan a convertirse en vómitos, diarrea y dolores intensos.

Antes de que se presenten síntomas, esta gripe tiene un período de incubación de 1 a 3 días. Y luego puede estar presente 1 o 2 días, aunque a veces permanezcan síntomas hasta 10 días en ciertas personas.

En la mayoría de los casos la gastroenteritis, no resulta una afección grave para las personas con un sistema inmune sano. Pero puede ser severa en niños pequeños y personas de la tercera edad cuando la gripe estomacal conduce a la deshidratación y no es tratada.

Gastroenteritis vs Intoxicación Alimentaria: similares pero diferentes

Es muy común que haya confusión entre la gastroenteritis y la intoxicación alimentaria. Ambas cuentan con síntomas y tratamientos parecidos, pero su origen no es igual.

La intoxicación, ocurre cuando se ingieren microorganismos  (o sustancias) tóxicos a través de los alimentos. Esos mismos alimentos, estarían contaminados con bacterias patógenas u otros agentes, ya sea por mala preparación, mal cocinado o por mala conservación.

 

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Los síntomas de la intoxicación alimentaria suelen aparecer de 2 a 24 horas después de comer. Entre los primeros síntomas de la intoxicación alimentaria están:

  • Dolor de cabeza
  • Fatiga y fiebre
  • Náuseas, vómitos, retortijones y diarrea (después de los anteriores).

Un truco para saber si se trata de una intoxicación, es fijarte si las personas que consumieron esos mismos alimentos tienen síntomas similares a los tuyos o no. Cuando se trata de gastroenteritis o gripe estomacal pocas personas tendrían esos síntomas.

Por su lado, la gastroenteritis también se le puede considerar un tipo de intoxicación. Solo que esta se produce en la mayoría de veces, al consumir alimentos contaminados o por entrar en contacto con virus como: norovirus, rotavirus, astrovirus y adenovirus.

La gastroenteritis vírica es una inflamación de el estómago e intestinos causada por uno de varios virus, cada uno tiene su «temporada alta». Dependiendo cuál tengas, el contagio o los síntomas pueden variar ligeramente.

Además, la gastroenteritis se presenta con irritación de la mucosa intestinal, y síntomas parecidos a la intoxicación alimentaria: náuseas, vómitos, fiebre, fatiga y diarrea.

Esta enfermedad es altamente contagiosa se propaga a través del contacto cercano con personas que están infectadas o mediante alimentos o agua contaminados y somos especialmente vulnerables en espacios reducidos, en condiciones de poca higiene o cuando alguien muy cercano lo padece.

Bebidas que debes y no debes consumir en caso de gastroenteritis

Al sufrir una gastroenteritis nuestro organismo pierde una gran cantidad de fluidos corporales través de los vómitos, la diarrea y la sudoración.

En cuestión de pocas horas se puede sufrir de un cierto grado de deshidratación, agravando el cuadro y poniendo en peligro a la persona.

Es fundamental reponer los líquidos perdidos bebiendo sorbos pequeños y con bastante frecuencia de alguna de las bebidas recomendadas: agua, caldo, sales de hidratación oral y algunos té.

Si la diarrea o vómitos son muy frecuentes, te recomiendo especialmente que compres en la farmacia sales de rehidratación oral, que están diseñadas para este fin de rehidratar reponiendo los electrolitos perdidos además del agua.

 

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También debes tomar en cuenta las bebidas que NO puedes consumir, como café o chocolate porque la cafeína afectaría tu sueño y favorece la pérdida de líquidos y en estos casos necesitas descansar lo mejor posible.

El alcohol actúa como diurético, por eso no es recomendado. Además todas ellas pueden irritar tu debilitada mucosa digestiva.

En el caso de la leche, siempre a habido debate sobre si es bueno o no consumirla durante un episodio de gastroenteritis. La leche de vaca, al igual que los quesos curados o más grasos, tienen peor digestión, por lo que es recomendado no consumirlos. En cambio, los quesos frescos, el requesón o los yogures enriquecidos con bifidobacterias, son la una opción si decides tomarlos, pero siempre conviene esperar a que tu cuerpo tolere los alimentos.

Qué comer en caso de gastroenteritis

Si estás teniendo malestar estomacal puedes optar opciones ligeras y fáciles de digerir que te ayudarán a reponer nutrientes. A veces es conveniente dejar unas cuantas horas de ayuno y proba a ingerir uno de estos alimentos en poca cantidad para valorar la tolerancia del sistema digestivo al mismo.

Plátano: puede reemplazar el potasio que se pierde por los vómitos y la diarrea, y fortalece el revestimiento del estómago. Puedes tomarlo pisado y si es bien maduro mucho mejor.

Cereales blancos: el arroz blanco es fácil de digerir para tu cuerpo y proporciona energía a partir de los carbohidratos. La pasta blanca o el pan blanco también son buenas opciones. Las variedades integrales tienen demasiada fibra y pueden producir un exceso de fermentación, gas y acelerar el tránsito. Justo lo opuesto a lo que necesitamos.

Manzana: puedes consumirla como puré. Te proporciona un impulso de energía debido a los carbohidratos y azúcares y contiene pectina, una fibra que puede ayudar con la diarrea y tiene acción prebiótica.

Carnes Blancas: es preferible consumir pescado blanco (como la merluza o el bacalao), pollo o pavo porque son más fáciles de digerir en la gastroenteritis.

 

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Sa

Comidas a evitar en caso de gastroenteritis

Lácteos: aunque no todos dan siempre problemas en la gastroenteritis, pueden resultar difíciles de digerir y puede agravar los gases y la diarrea. Esto se debe a que la mucosa intestinal puede verse afectada y no generar las enzimas necesarias para digerir correctamente los lácteos.

Fibra: cuando hay diarrea, es importante restringir su consumo hasta que nos encontremos mejor.

Grasa: su consumo dificulta una digestión ligera y conviene evitarlas en las primeras ingestas.

Especias: especialmente las picantes pueden irritar aún más el aparato digestivo.

¿Huevo, bueno o malo?

Si tiende a pensar que el huevo es un alimento de difícil digestión y lo eliminamos cuando estamos atravesando una gastroenteritis.

En las primeras ingestas no sería la opción más recomendable puesto que su contenido en grasas podría resultar excesivo para el tracto digestivo irritado.

Pero a partir de las siguientes ingestas en las que ya se toleren mejor los alimentos como el pescado o el pollo se puede añadir perfectamente.

Es importante que escojas opciones de cocción ligeras como cocido, escalfado o a la plancha. Evítalo frito, porque sienta más pesado en el estómago.

Diego De Castro

Diego De Castro

Dietista Nutricionista y Coach de Nutrición

Soy experto en alimentación saludable y me dedico a ayudar a personas motivadas a generar nuevos hábitos que les permitan mejorar su calidad de vida y su salud.

Mis 10 años de experiencia en consulta y mi formación en coaching nutricional me han ayudado a implementar técnicas cada vez más eficaces.

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